Calandra

En Galga contamos con calandras industriales Monti Antonio, reconocidas a nivel mundial por su precisión, durabilidad y tecnología de vanguardia en procesos de sublimación textil, transferencia y fijado de color. Estas máquinas son la mejor solución para talleres y fábricas que buscan acabados impecables y producción continua con la máxima eficiencia.

Las calandras Monti Antonio permiten transferir diseños a gran formato sobre telas de poliéster y mezclas, logrando colores intensos, uniformes y de alta resistencia al lavado. Gracias a su sistema de rodillo calentado y control digital de temperatura, se obtiene un proceso estable que garantiza resultados de calidad profesional en cada pasada.

Entre sus principales aplicaciones destacan:

  • Sublimación textil por rollo para producción continua.
  • Transferencia por papel en prendas deportivas, banderas, moda y decoración.
  • Fijado de tintas en tejidos previamente impresos.
  • Acabados uniformes en grandes volúmenes de producción.

Además, ofrecemos diferentes modelos de calandras que se ajustan a las necesidades de tu negocio, desde equipos compactos ideales para tiradas medianas, hasta máquinas de gran formato para producción industrial. Todas cuentan con soporte técnico especializado, garantía y financiamiento a crédito, asegurando que tu inversión sea segura y altamente rentable.

Confía en Galga y lleva tu producción textil al siguiente nivel con la tecnología Monti Antonio, líder mundial en calandras para sublimación. ¡Optimiza tu taller con innovación, calidad y respaldo garantizado!

Máquina calandra Monti Antonio para transferencia por calor

Preguntas frecuentes sobre las calandras

¿Qué es una calandra y para que sirve?
Una calandra para sublimación es una máquina industrial que aplica calor y presión mediante un cilindro caliente para transferir tintas al textil.

Sirve para impresión por transferencia, termo-fijado de tintas y reactivación de colores, logrando acabados uniformes y de alta calidad en procesos de sublimación y termofijado.

¿Qué se puede hacer con una calandra?

Con una calandra para sublimación se pueden hacer varias aplicaciones en la industria textil:

  • Transferencia de sublimación: pasar la tinta del papel al textil con calor y presión.
  • Termofijado de tintas: fijar impresiones directas en tela para que los colores sean permanentes.
  • Reactivación de tintas: recuperar colores y acabados en textiles ya impresos.
  • Laminado y acabado térmico: mejorar la textura y estabilidad de los tejidos.

👉 En resumen: permite producir telas personalizadas, deportivas, de moda, banderas, paneles publicitarios y textiles técnicos con calidad y durabilidad.

¿Cuál es la diferencia entre una calandra y una planchadora?

La diferencia clave está en el tipo de producción y la aplicación:

  • Calandra 🌀
    Usa un rodillo caliente que aplica presión y calor de manera continua.

    Procesa rollos completos de tela o piezas grandes.

    Es ideal para producción industrial, sublimación de gran formato y termofijado de tintas.


    Da uniformidad, precisión y alta velocidad.
  • Planchadora 🔲
    Usa una superficie plana (prensa térmica) que baja sobre el material.

    Trabaja en piezas unitarias: camisetas, gorras, puzzles, objetos promocionales.

    Es más adecuada para producciones pequeñas o personalización.

    Su proceso es más manual y lento.

👉 En resumen: la planchadora es para trabajos pequeños y personalizados, mientras que la calandra es para producción continua e industrial en gran formato.

¿Cuánto consume una calandra?

Depende del modelo:

  • Monti Antonio T02 → consumo eléctrico aproximado de 6.7 kWh con potencia instalada de 10 kW.
  • Monti Antonio T05 → consumo eléctrico aproximado de 17 kWh con potencia instalada de 25 kW.

En general, una calandra consume más energía que una planchadora porque trabaja con cilindros de gran tamaño, sistemas de calentamiento en baño de aceite y está diseñada para producción continua industrial.

Omitir para ir a lista de resultados
2 artículos
Columna de cuadrícula
Columna de cuadrícula